Cuando Viera llegó a mi vida.

Cómo ha pasado el tiempo, si parece que fue ayer!!

Viera llegó a mi vida en el verano del año 98. Estaba yo trabajando en un centro de disminuidos psíquicos en D. Benito, un pueblo de Badajoz.

Teníamos "niños" desde paralíticos cerebrales, a otros con un leve retraso psíquico.

Por razones de una reforma en el centro, a los educadores y nuestros niños nos trasladaron a unos chalets, en la carretera de Miajadas, en pleno campo, en la Escuela de capacitación agraria.

Los alrededores eran todos chalets particulares, plena naturaleza, muy tranquilo aquello.

Todos los días nos mandaban del centro la comida para los niños y nosotros. Solían comer los niños, luego los educadores y como siempre sobraba bastante comida, había por alli un panterita negro que se acostumbró a que yo le diera de comer.

Un mediodía de septiembre, casi a finales, estando en la cocina comiendo con la camarera que nos traía la comida, ella salió al porche y me dice: "Ahí tienes a tu amigo, el gato negro y otro más chiquitito".

Salí a ponerle su comida, pero solo vi al panterita, le pregunté dónde estaba el peque y me dice: "detrás del cubo de la basura". Volví a salir, aparté el cubo que estaba de rincón y allí estaba ella:una bolita blanca con ojos azules que me miraba fijamente y me habló con un "miau", no sé si de miedo, si de pedir ayuda, comida o qué....nunca olvidaré esa imagen mirándome con esos ojazos.

La cogí en brazos, le di un poco de leche (entonces yo no había tenido gatos excepto los del campo, es decir, no sabía nada de gatos y menos de cachorros) y se la bebió toda.

Fui al salón donde estaban el resto de mis compañeros y los niños y les digo: "Mirad qué cosita me he encontrado". Los niños como locos, todos la querían acariciar...

Tenía yo en la mano una tajada de melón (estaba con el postre cuando todo esto) y la tía se agarró a chuparlo que me dejó sin postre.

Recuerdo que era un día lluvioso, no la podía quedar alli, sin saber si tenía madre, familia o simplemente si estaba solita..., pregunté por los chalets vecinos, no era de nadie..., así que no me lo pensé, se vino a casa conmigo.

Recuerdo que el mismo día, por la mañana, nada más llegar al trabajo, me llevé a casa a un perro que llevaba tiempo merodeando por alli y al que daba de comer, y ese día me lo llevé, porque dos educadore, muy capullos, decían que iban a llamar a la perrera, así que lo llevé a casa, se lo quedó al final un enfermero, compañero de mi compañera de piso. Total, que por la mañana el perro y a mediodía la gata.
El viaje en coche hasta casa, fatal, yo no tenía dónde meterla, la dejé en el suelo del sitio del copiloto y cuando me di cuenta estaba entre los pedales...era un traste de gata....llegamos a casa y la puse en la terraza lavadero, porque en la grande estaba el perro. Le puse más comida y agua, pero nada de arena, imaginé que al ser peque se lo haría por todo el piso...hasta la mañana siguiente, cuando saqué al perro, pasé por un obra y me dio por coger arena en una bolsa, se la puse en un periódico y oye!!, cómo cagó mi niña!!, todo sueltito (imagino que por la leche) y un montón...se había estado aguantando mi pobre hasta que vio la arena..., siempre fue tan limpia mi niña...,eso es lo que tiene el ser primeriza y no entender de gatitos...
Su nombre: fue gracioso, porque como me la iba a quedar, tenía que buscarle un nombre, un compañero decía que Melina(hubiera estado bien), por lo que le gustaba el melón, pero, como tenía los ojos azules, le dije a otro:" Oye, fulanito, si tiene tus mismos ojos!!" y él contesta: "Te juro que no he tenido relaciones íntimas con ninguna gata".

Total,que con el cachondeo, le dije que como tenía sus ojos, le iba a poner su nombre, su apellido, más bien...y así fue...

Por aquellos días, yo andaba estudiando para una oposición, además del trabajo, que tenía el examen en unos días...., recuerdo que se me subía a la cama y le encantaba revolverme todos los folios..., trasteaba por toda la casa...y nunca hizo nada fuera del arenero(que ya le compré).

A los pocos días, el 1 de octubre, me trasladaron a Plasencia, me alquilé un piso para nosotras solas,( de ahí son sus primeras fotos), y a partir de ahí, 11 años después, hemos vivido de todo, traslados, viajes..., siempre solitas...hasta que conocimos al papi, que fue amor mutuo desde el primer minuto (papi y Viera), y luego llegó Chispi, Rufo, los acogidos Zipi y Zape....Tina ,Grissi, Carey e Ííi, los kikus, los pitus....., vamos, que no hemos vuelto a estar solitas y mi niña ha aceptado siempre genial la llegada de nuevos miembros en la familia. Es que es mi gata por excelencia, mi tuchi-tuchi, como la llamaba de pequeña, mi señorona, mi chucherona, mi gordi...y un largo etc...,es toda ternura, es mi amor de gata...., parte de mi, como si la hubiera parido yo misma...

Deseo de todo corazón, seguir compartiendo al menos otros 11 años más, mi vida con ella, es de las cosas más maravillosas que me han pasado en la vida.

Os dejo unas fotos de aquella época.

MI NIÑA BEBÉ.

qué historia más bonita!!!

qué suerte tuvisteis las dos y qué emocionante tuvo que ser conocer a tu gata poco a poco desde la ignorancia y el amor.

está preciosa de chiquitina, muy graciosa jugando a la pelota, y en tus brazos.

seguro que la gatona gorda que es ahora llega por lo menos a los 25 años!!!